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Siempre se ha dicho que el hombre es el único ser que mata por placer…y parece que el placer de la lectura nunca se mantuvo ajeno a esta máxima.
No deja de resultarme paradójico el hecho de que, incluso la difusión universal de la cultura y el arte (cualidad que se supone nos distingue de las bestias) tampoco esté exenta de barbarie.
La contemporánea tala indiscriminada de árboles, con la que tanto ha contribuido durante siglos la industria papelera para resquebrajar los pulmones del planeta, se antoja un juego de niños al confrontarla con las prácticas que antaño se perpetraban para elaborar textos.
Ya desde los albores del libro, se estilaban mañas de lo más salvaje para conformar los soportes que exhibirían el “virtuosismo humano”.
Los primeros códices (siglo III a.C.) tenían como sustento al papiro (material obtenido mediante un complejo proceso de fabricación, procedente de los juncos afincados a orillas del Nilo) pero resultaba muy caro y frágil, por ello, con el comienzo de nuestra era fue sustituido por el pergamino (soporte obtenido a partir de pieles de animales como la ternera, el cordero, la cabra, el carnero, el cerdo...y otros tantos especímenes de la fauna vernácula –en muchas ocasiones no natos-) ya que dicho soporte podía encuadernarse, y así ser transportado y almacenarse con mayor facilidad.
¿Para qué matar plantas pudiendo destripar animales, si además es más barato?
¿Para qué matar plantas pudiendo destripar animales, si además es más barato?
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Por supuesto, se les despellejaba vivos para facilitar que la piel se desprendiera más dócilmente (ya que, al morir, la dermis puede pegarse al cuerpo) Para evitar que la fina piel quedase adherida al hueso y al músculo se les introducía una cánula o caña por la que soplaban (“técnica” de despellejamiento, por cierto, aún en vigor entre los "delicados" peleteros modernos)
Una vez acometidos semejantes menesteres, se iniciaba el proceso de fabricación del pergamino propiamente dicho:
Primeramente, se mojaba la piel en cal para que ésta absorbiese los restos de grasa, la lavaban con agua muy caliente y la ponían a secar, bien tirante para evitar arrugas, en bastidores de madera. Se rapaba cuidadosamente para eliminar la carne, el pelo y la grasa no diluida. Una vez descarnada y afeitada a cuchilla, se tensaba nuevamente en un bastidor y se volvía a raer hasta dejar una lámina blanca y fina. Esta lámina obtenida se pulía y alisaba con cuidado para hacerla apta para la escritura.
La zona donde se escribía el documento era la parte interna de la piel del animal, franja que, al encontrase en contacto con la carne, está más "suavecita".
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www.ayuntamiento.elburgo-burgelu.com/documentos/19-09-08_Anexo%207%20-%20Para%20saber%20mas%20sobre%20EL%20PERGAMINO
Según el autor latino Plinio, el uso del pergamino se lo debemos Emensis II, rey de Pérgamo, ciudad de Asia Menor fundada por Filetero (nombre acertado donde los haya)
En el año 238 a.C., Emensis II (197-158 a.C.) poseía una gran biblioteca heredada del rey Atalo, que alcanzó la nada despreciable cifra de 200.000 volúmenes. Esta biblioteca competía con la de Alejandría, por lo que el rey egipcio Ptolomeo Filadelfo dejó de suministrar papiro a la ciudad de Pérgamo para evitar, entre otras cosas, que pudieran llegar a conseguir tener una biblioteca mayor a la de Alejandría. Ante semejante tesitura, se desarrolló y perfeccionó en Pérgamo la fabricación de este soporte de escritura. Por tanto, fue la gran Biblioteca de Alejandría (recientemente en el candelero gracias a Amenábar y la bella Rachel Weisz) la que despertó la ambición de los gobernantes de Pérgamo, aportando así su involuntaria contribución a la definitiva sustitución del papiro por el pergamino.
Dependiendo de cómo se llevara a cabo el proceso, se obtenían pergaminos de distintas calidades. El pergamino que gozaba de mayor prestigio era el denominado vitela (sólo apto para los más pudientes) que era un tipo especial de pergamino más blanco y fino, extraído de la piel de animales muy jóvenes, muertos al nacer e incluso no natos (ya se sabe; la calidad se paga cara)
Con el establecimiento del cristianismo como religión oficial con Constantino (con la Iglesia hemos topado) el códice llegó a ser la norma para cualquier tipo de literatura.
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www.aquiseencuaderna.com/pdf/c |
Bárbaras ligaduras de nervio de buey atravesaban en sentido perpendicular el dorso de los pliegos fijando el cosido de las hojas de Vitela.
Como todos sabemos, el pergamino sería sustituido posteriormente por el papel, que ya era conocido por los chinos desde la antigüedad, cuyo papel contenía un elemento de origen vegetal extraído a partir de una monocotiledónea: morus papyrifera sativa (como son más serenos prefieren matar vegetales) Los árabes aprendieron de ellos esta práctica al conquistar el Turkestán, introduciendo después su fabricación en la península; quedando la primera fábrica de papel establecida en Játiva (siglo XVIII)
De España se extendió al resto de Europa.
En la actualidad, ya estamos comenzando a abandonar este barco de papel mata-bosques gracias a las “altruistas” políticas sostenibles que están tan en boga en nuestra industria.
Concretamente, el mercado del libro va sumergiéndose, sigilosa pero vorazmente, en la tercera era de dicho soporte cultural (esta vez mucho más “civilizada”); el libro electrónico: esa amalgama de materiales tan “biodegradables” y de “no oficiales” radiaciones cancerígenas varias.
¿De verdad es tan difícil crear un soporte de texto inofensivo?
…Ya lo dijo el poeta: “mi pluma, mi arma”.
por: Dani-Él.
Fuentes consultadas:
eirnin.wordpress.com/tag/historia-del-libro/
www.cuadernosmedievales.com/escritura_medieval.htmlwww.libros.us/editores/revistas/los-primeros-codices/
www.educar.org/inventos/libro.asp
www.aquiseencuaderna.com/cosidos.
eirnin.wordpress.com/tag/codice/
ANEXO: BIBLIOPEGIA ANTROPODÉRMICA
(GESTANDO LIBROS)
(GESTANDO LIBROS)
No puedo evitar incluir un tipo de praxis editorial de carácter especial por su oscurantismo y fiereza: los LIBROS DE PIEL HUMANA.
Y es que, efectivamente, nuestra especie ha alcanzado cotas aún más altas de "animalismo" que las ya descritas para confeccionar libros. Aquí os brindo un extracto de dos artículos que encontré un Domingo de resaca, tras ver un reportaje sobre este tema en el programa de "Fríker" Jiménez:
Pese a lo repugnante que nos puede parecer en nuestros días, la bibliopegia antropodérmica o encuadernación de libros con piel humana, fue algo de lo más habitual desde el siglo XVII hasta hace relativamente poco. Cientos de estos libros se encuentran repartidos en bibliotecas, museos y colecciones privadas a lo ancho y largo de todo el mundo. Posiblemente, en la gran mayoría de ellos se desconozca esta cualidad, ya que a simple vista es imposible distinguir la piel humana a la de origen animal, y es necesaria una prueba de ADN para constatar su origen.
Durante la revolución francesa, las pieles de los nobles guillotinados se usaban para encuadernar ejemplares de la constitución francesa o, paradójicamente, ediciones completas de Rousseau, del que los nobles se reían por sus teorías.
A principios del siglo XIX, en el Reino Unido era costumbre habitual utilizar la piel de los delincuentes ejecutados para encuadernar libros. La mayoría de estos ejemplares se usaban para narrar en ellos las fechorías de estos mismos criminales.
En la época Nazi, se sabe que la piel de muchos judíos acabó como tapas de libros o incluso como pantallas de lámparas.
También existe constancia de muchos casos voluntarios, en los que el último deseo del fallecido era que se forrasen las tapas de algún libro en concreto con su piel, incluso algún escritor famoso recibió en su casa un paquete con la piel de una fan como regalo. De modo que si tenéis en vuestras casas algún ejemplar antiguo de dudosa procedencia, quien sabe… puede que sus tapas inertes tuviesen alma algún día.
Toma ya!! Me ha encantado (dentro de lo posible xD) tu entrada, la verdad es que somos salvajes para todo... ah no, para todo no, al menos tenemos el detalle de esperar a que un tío la palme para utilizar su piel, no somos tan ansiosos como con los animales...
ResponderEliminarDaniel me parece muy interesante y curioso siempre a tu estilo y las fotos me gustan un montón aunque me has robado una jaja. Por lo que he leído me ha gustado mucho la historia del astrónomo y estoy contigo en el romanticismo de las historias de amor macabras.
ResponderEliminarMuy buena esta entrada, la verdad que desconocía por completo este tema y bueno... sigo pensando lo mismo que al principio...somos peores que los animales.
ResponderEliminarNo logro entender como puede alguien llegar a desear tener un libro forrado con la piel de una amante o de un artista admirado, se tiene que estar muy pero que muy loco para llegar a tener un objeto así... en fin, esta noche revisaré esos libros que tengo que me han dejado prestados o que compré en el mercadillo...nunca se sabe ;) jajajajaja